domingo, 27 de julio de 2008

CONTAMINACION DEL RIO HUATANAY: UN PECADO SOCIAL


Antonio Guzmán, Justo Mantilla, Uber Olivares, Ernesto Palma y Arturo Velarde (*)

UN POCO DE HISTORIA

En el mes de junio del presente año se recordó 16 años de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (ECO-92), donde la mayoría de países del mundo reunidos en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992, reafirmando la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, aprobada en Estocolmo el 16 de junio de 1972, y tratando de basarse en ella, con el objetivo de establecer una alianza mundial nueva y equitativa mediante la creación de nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las sociedades y las personas, procurando alcanzar acuerdos internacionales en los que se respeten los intereses de todos y se proteja la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial, reconociendo la naturaleza integral e interdependiente de la Tierra, nuestro hogar, proclamaron 27 principios que tienen que ver con la protección del medio ambiente y la vida humana. Para recordar la importancia del mencionado documento basta mencionar el primer principio: Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sustentable. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.
El plan de acción para implementar los acuerdos del ECO-92 están en la llamada Agenda 21 que es un programa de las Naciones Unidas (ONU) para promover el desarrollo sostenible entendido como mejora de la calidad de vida de la comunidad, en equilibrio con el capital natural y con las capacidades económicas locales (desarrollo económico, equidad social y sostenibilidad ambiental). La Agenda 21 (acuerdos que ya deben haberse implementado antes de iniciarse el siglo XXI) supone el compromiso de una comunidad de estimular de forma estructurada y planificada el desarrollo de medidas encaminadas a hacer compatible el respeto al medio ambiente con el desarrollo social y económico.
Frente a los problemas ambientales tan graves, cuya expresión máxima es el calentamiento global, hasta la Iglesia Católica ha manifestado su profunda preocupación declarando una nueva lista de “pecados sociales”, entre las que se encuentra el daño ambiental, la manipulación genética y la acumulación excesiva de riquezas entre otros.
LA AGONIA DEL HUATANAY
Cada día que pasa la disponibilidad de agua es insuficiente para el consumo humano, sólo el 64% de la población mundial dispone de un promedio de 50 litros de agua por día, lo que equivale a una séptima parte del consumo del norteamericano medio. En el Perú este promedio es mucho menor, principalmente en la costa y la sierra, pero sin embargo nos damos el lujo de desperdiciar y contaminar la poca disponibilidad de agua que tenemos para consumo humano.
En la ciudad del Cusco uno de los ejemplos de esta irracionalidad es el constante deterioro y la agresión del único río que nos queda a los cusqueños, el cual dio vida a diferentes culturas que se desarrollaron en este valle a través del tiempo. Este problema en gran medida se debe a la pérdida de valores que nos enseñaron nuestros antepasados y a las políticas equivocadas de desarrollo que priorizan lo coyuntural, el inmediatismo, el asistencialismo, la siembra de cemento en lugar de fomentar la biodiversidad, y la entrega y expoliación de nuestros recursos naturales al mejor postor.
Un recorrido a través de los tributarios que desembocan en el río Huancaro nos permite observar esta triste realidad. A continuación mencionamos los principales problemas que vienen ocurriendo en las microcuencas de Chocco, Rocopata y Huancaro.
- Todas las aguas servidas continúan vertiéndose directamente al cauce de los riachuelos. Esto viene causando enfermedades digestivas y de la piel en la población más vulnerable como son los niños y los ancianos.
- Presencia de mayor cantidad de desechos sólidos en todo el tramo comprendido desde la comunidad campesina de Chocco y el puente cercano al Terminal Terrestre.
- Proliferación de animales domésticos (perros, cerdos, ovejas) alimentándose de desechos orgánicos contaminados.
- Presencia de lugares de venta ambulatoria de alimentos cerca del río donde proliferan las moscas que vienen a ser vectores muy peligrosos de enfermedades gastrointestinales.
- Muchas familias se dedican a lavar ropa con el agua ya contaminada e incrementan el problema con la adición de detergentes y jabones.
- Existencia de varios puntos donde se realizan el servicio de lavado de vehículos; que inclusive cuentan con motobombas para impulsar el agua hasta la carretera y el agua contaminada con tierra, aceite y grasas tóxicas retornan al río.
- En las zonas periféricas no existe una planificación de crecimiento urbano acorde a las condiciones mínimas de calidad de vida para la población.
- Zonas críticas con taludes inestables que vienen causando deslizamientos hacia el cauce del río.
- Las plantaciones forestales instaladas como complemento a los gaviones están muy descuidadas por falta de riego y la abundancia de basura que literalmente cubre todas las áreas verdes.
- Las obras de manejo hídrico (gaviones) en muchos puntos del tramo mencionado están cubiertos por desmonte de construcciones urbanas, los cuales han colmatado parte del cauce con riesgo de causar inundaciones en la temporada de lluvias.
- Obras de embellecimiento que han sido abandonadas y sirven de basurales.
- El Terminal terrestre que genera diariamente una importante cantidad de desechos. ¿Dónde termina el total de esta basura? Sencillamente quien sabe…
- La inadecuada planificación del desarrollo urbano permite la construcción de viviendas en zonas de alto riesgo y sin respetar la franja marginal poniendo en peligro la vida de sus habitantes y contaminando directamente el río.

REFLEXIONES FINALES
Nuestro río sagrado está agonizando; los ciudadanos que tenemos sensibilidad humana, las autoridades regionales y locales, las instituciones responsables del medio ambiente, el sector salud y educación debemos aportar las medicinas ambientales que requiere en este momento el río Huatanay y sus tributarios, porque de ella depende la vida de todas las personas, la flora y la fauna de este valle.
Uno de estos remedios es nuestro cambio de aptitud frente al medio ambiente, no arrojar desechos sólidos hacia el río, como consumidores reducir el uso de los recipientes plásticos, buscar alternativas para no verter los desagües al río.
Y a nuestras autoridades, llámese Municipalidades y Gobierno Regional, un llamado de atención, por no disponer de los recursos pertinentes y no hacer cumplir con lo que mandan las normas con respecto a la protección del Medio Ambiente, o es que acaso ¿no se cuenta con estos recursos?, o es que no hay la suficiente capacidad ética y moral en nuestras autoridades que a lo único que se limitan es a construir infraestructura y no a lo principal que es educar.
De nada ha de servir los esfuerzos de la Mancomunidad de Municipalidades Distritales del Valle Sur, que han unido esfuerzos para mejorar las condiciones del río en el curso de sus distritos si antes no se hace nada por mejorar las condiciones de los afluentes que vienen desde las microcuencas antes mencionadas.
Aún se puede salvar el río y la gran biodiversidad que lo rodea, pero se tiene que comenzar a actuar ahora de manera conjunta y mancomunada entre autoridades, organizaciones sociales y población en general, pero sobre todo recordar que la educación empieza en casa, si no lo hacemos después puede ser demasiado tarde…

(*) Maestría en Ecología y Recursos Naturales de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco.




miércoles, 23 de julio de 2008

HUATANAYCIDIO


Antonio Guzmán, Justo Mantilla, Uber Olivares, Ernesto Palma y Arturo Velarde (*)

Hace poco días un grupo de maestristas de Ecología y Recursos Naturales de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, personalmente pudieron comprobar la situación triste y lamentable del río Huatanay en su paso por la ciudad; el mismo que en otros tiempos fuera Dios Tutelar de los Incas y orgullo de una cultura inteligente que supo vivir con la naturaleza y venerar con justa razón a sus ríos y a la tierra que les dio el sustento de su existencia.

Los ríos por si solos hablan de sus pueblos; y en ese sentido hay ríos de todas las clases y calañas, y sin dudas reflejan la personalidad de su ciudad, siendo la muestra más palpable de la cultura de sus pobladores. Así, muchos ríos en su eterna fluidez y trajín, se van llevándose recuerdos e historia a su paso por las ciudades al tiempo y sin detenerse, siendo el único testigo en pie de sus acontecimientos. Por eso, no habrá mejor río, que aquel provisto de aguas vivas y transparentes, donde mirarse en su reflejo sea un placer; y beberlo, la fuente manantial de la vida.

El Cusco, gran ciudad, por su pasado histórico y sus entrañables misterios; luce ahora mismo un poder encantador, mágico, de embrujo para propios y extraños; pero por mucho tiempo no podrá hablar decentemente de sus ríos, como pueden hacerlo otras grandes ciudades como Paris del Sena, Londres del Támesis, o Roma de su río Tíber; que entre otros tantos, van con su ciudad; sacan pecho y se enorgullecen de ofrecerlo como riqueza turística o como elemento vital y decorativo; aunque, irónicamente todos ellos están curados y devueltos a la vida, con sus ciudades viejas, y que en otros tiempos también sucumbieron a la imprudencia de sus pobladores, que primeramente se fundaron en sus orillas, vivieron de ella, se desarrollaron desmedidamente con la soberbia de la tecnología y la sociedad de consumo, hasta que un día les dieron muerte.

Pero, sin soñar y sin perder esta ilusión; es triste y terrible a la vez, ver como nuestro Huatanay, el gran río de los Incas, se ha convertido en el corredor urbano mas indigno de la ciudad, basural y deposito de residuos modernos, hasta tapizar el lecho a lo largo de su recorrido. El Cusco, siente la orfandad de esta gracia geográfica de su tierra y sus encantos se ven disminuidos. Así; con los desechos y el tipo de residuos altamente contaminantes que yacen en su lecho; se ha generado una deuda natural y ecológica que por mucho tiempo no podrá amortizarse, a pesar de los esfuerzos que podrían hacerse primeramente en su limpieza.

Si analizamos al agente principal de esta situación; el poblador, el ciudadano cusqueño de ambas márgenes del río; sin ver su situación económica; podemos decir que la patética transculturización del que padece en cuanto a su consumo y preferencias, pesa fuertemente; también lo es el desconocimiento sobre los efectos nocivos de los materiales arrojados; pero esencialmente es su falta de respeto y vocación por la naturaleza, el agua, el aire; los niños, los animales; etc; que conviven en estas zonas; y por lo visto no tiene ningún compromiso en la relación que debe haber entre el hombre y el río.

De hecho la cultura y hábitos citadinos del poblador común; normalmente es el reflejo de la cultura de sus autoridades, que por lo visto, tampoco entienden el problema; y obsérvese, que no es solo asunto de dinero, es asunto de salud, decencia, belleza, sanidad, cultura, moral etc; resultando en la agonía del Huatanay, como una lapidación conspirada por la indiferencia y desinterés, que comienza en sus autoridades municipales y pasa a terminar en sus vecinos.

Según lo observado en estos días; este río estancado, quieto, y nauseabundo, retiene de todo y, difícilmente podría identificarse todo lo que contiene; pero esta cargado fuertemente de envases diversos, de plástico, aluminio, y materiales totalmente desconocidos; que son los residuos mas abundantes; entre otros muchos; orgánicos, inorgánicos, metales, llantas, grasas, combustibles de talleres y servicios de lavado de carros, residuos quemados, etc, etc, constituyendo algunos fuertes contaminantes absolutamente no biodegradables, que se encuentran en su largo recorrido que comienza en la misma ciudad.

En la actualidad, en la modernidad del siglo XXI; y cuando ya estamos a la mitad del año, viviendo las Fiestas Patrias con embanderamiento de la ciudad, y de haber dejado hace poco los festejos del mes jubilar del Cusco con alarde a los cuatro vientos y ante el mundo, merecidamente o no; no puede haber tranquilidad en la conciencia culta y racional de una persona, y mas aun si se trata de un cusqueño que verdaderamente quiere a su tierra y entiende la magnitud del problema; si en particular, el río principal de su ciudad y el medio ambiente están enfermos de contaminación, lo que no es coherente con otras grandezas del Cusco.

La transculturización de nuestra sociedad a pasos seguros y agigantados; fácilmente ha doblegado a nuestra pequeña ciudad cosmopolita, que ahora palpa los efectos de otras modas y hábitos; que, sin importar si somos pobres o ricos, grandes o chicos, y sin competidores; nos hemos convertido en los nefastos agentes contaminantes de nuestros ríos, como ahora mismo puede verse y comprobarse en el Huatanay, cuyo lecho ahora entre fuertes gaviones es causa de fortísimos hedores que se adentran cada vez mas a la ciudad, sobre todo al medio día de cada día; situación acentuada principalmente por la presente estación de secas.

Pero; donde esta el problema?, desde hace tiempo, se encuentra sobre el tapete la problemática del río Huatanay, y hace dos años las Municipalidades del Valle Sur del Cusco, conjuntamente diversas instituciones publicas y privadas firmaron compromisos para atender al enfermo y actuar clínicamente con la finalidad de devolverle su vitalidad; pero a la fecha después de vencido este plazo, puede verificarse que poco o nada se ha hecho al respecto, y que por el contrario, puede inferirse que; quizás iniciativas ciudadanas de grupos organizados e instituciones perdieran su oportunidad, al haberles apagado toda intención de participar de algún modo en este propósito; confiados en la institucional gestión de aquellos demagogos suscriptores de entonces; y entonces; ahora no se si; puede hablarse de un enfermo, o de un occiso que murió como resultado de estos pactos y falsas concertaciones, que no tienen la seriedad del caso, no tienen compromisos con la ciudad y a la sociedad; pero que en primer termino y lo mas resaltante de esta triste situación, es que revela en grado el total desconocimiento y entendimiento del problema; y ni sospecha siquiera sobre el significado que tiene un rió fluyente de agua viva para la vida, para la ciudad, para el hombre; y que así debía correr con la ciudad, por la sabiduría de sus fundadores, que la consideraron fuente de la vida en los albores de sus historia.

(*) Alumnos de la Maestría en Ecología y Recursos Naturales de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco – Curso de Ecología: Deterioro y Protección Ambiental.